miércoles, 10 de noviembre de 2010

Con la multitud desde la soledad





Acabo de abrir una cuenta en Twitter. Primero fueron las novelas de aventuras, las narraciones épicas. Luego las novelas más cortas, seguidas por los cuentos; los poemas se fueron también reduciendo y dejaron de ser leídos. Luego fue el blog (y el metro y fotolog, donde todos nos disfrazamos o jugamos a una identidad frívola. Ahora el twitter, la gran sala de conversación del mundo.
¿Terminaremos emitiendo gruñidos hasta que desaparezcan las palabras?
¿A dónde se fue el tiempo que gozábamos? ¿Quién nos dio la orden de empezar a correr detrás del vacío, el ruido, la aglomeración sin sentido?

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