sábado, 2 de octubre de 2010

Mujeres en la guerra



Uh... sólo para salpicar esto de alguna idea peregrina que aún acude a mi nudo de cansadas neuronas, já. (La explicación de por qué la fotito, al final)


Siempre sobre el mismo tema: En los dos siglos y medio de conciencia despierta que lleva el género femenino, desde que surgió la primera flama intelectual (Mary Wollstonecraft, 1759-1797) y empezó a iluminar la Tierra, hemos seguido dos tendencias: Una que trata de confluir con todos los paradigmas del género dominante, porque no teníamos otra referencia, en la cual nos perdimos, confundimos, permanecimos en desventaja. Es decir: Querer ser IGUALES a ellos. Claaaro que nos ganaron la partida: Nunca seremos adoradoras de la fuerza bruta, jamás nos convertiremos en nudos pasionales que buscan sólo el poder y el dominio de todos los seres vivos, pasará la eternidad antes de que lleguemos a despreciar -como hacen ellos- la VIDA humana, porque nosotras la creamos, es nuestro poder máximo. Y así... menciono las peores características porque son las dominadas por su instinto y además ellos se dejan aplastar por ellas; su parte noble siempre está en desventaja, pero desarrollar esa idea sería disertar filosóficamente sobre un tema que ellos NO consideran en su universo, mucho menos si las mujeres se lo mencionamos.


La segunda vereda que apenas cobra fuerza, es la de nuestra VERDADERA identidad femenina: La que defiende la vida, la que tiende a la igualdad de todos los humanos en posición y derechos, la que se integra a la Naturaleza y se inclina a la compasión y la PRESERVACIÓN del entorno natural. Además, claro, de nuestra intuitiva unción a la vida material y lo inmediato, porque desde los detalles de la vida concreta se construyen los rascacielos de los sueños.


¡Ozú!, salió bien este parrafito final.


Vale, pues lo que quiero decir es que la segunda vereda está apenas en embrión, pero hay muuuuuchas conciencias mujeriles despiertas. Ah, si Dios me concediera volver a nacer, para fortalecer esa guerra de resistencia pacífica por nuestra equidad y liderazgo...


Ah, la foto que es una muestra patética y cursi de la confusión de AMBOS sexos respecto a la "igualdad". ¡Nada! Ahora se llama EQUIDAD, y nada tiene que ver con esto. Nótese que el señor lleva cubierto todo el cuerpo y está protegido hasta la mandíbula. Ella, imaginada por algún calenturiento dibujante, trae sus áreas vitales expuestas, la melena suelta y el traje está listo par que el señor la mire y la disfrute cuando se le antoje. Jamás seríamos tan estúpidas como para lanzarnos vestidas así a una verdadera guerra.

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