miércoles, 8 de septiembre de 2010
El cuerpo a rastras
No recuerdo haber sentido antes este tipo de agotamiento: Todas las ganas de seguir, pero ¡no hay fuerza! Frustración, pero agradable... ¿cómo? Pues sí: Satisfacción del deber cumplido; conciencia de que no debe convertirse en una obsesión hacerlo TODO en demérito de la salud física y mental. Control de emociones para no sentirme culpable. Complicado, pero no imposible.
¿Quién me nombró cuidadora de todos, hacedora de todo perfecto, componedora del mundo, obligatoriamente buena con todos?
Por ejemplo: No hay necesidad alguna de escribir en este blog con solemnidad y perfección. Esto es un diario abierto así que, ¡a soltarse!
Basta de seriedad; de todos modos ¡NADIE VIENE! JÁ
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario